30 de marzo de 2015

Brochure: El Hotel Camagüey, 1911 (II)

Seguimos con la segunda parte del folleto editado en 1911 por la Cuba Railroad Company, dedicado a promocionar el Hotel Camagüey y el Hotel Antilla, hasta entonces sus únicos hoteles en Cuba. Posteriormente en 1914, adquirieron y reformaron el añejo Hotel Casa Granda, pero este será tema para otra entrada.






© www.elhotelcamaguey.com

26 de marzo de 2015

Brochure: El Hotel Camagüey, 1911 (I)

Este folleto sobre el Hotel Camagüey fue publicado por la Cuba Railroad Company el 1º de enero de 1911, justo cuando se cumplían 6 años de haber abierto sus puertas. Existe una edición posterior con algunas fotos en colores, -también en nuestra colección- que se vende como primera edición, pero evidentemente no pueder serlo, pues el Hotel Casa Granda en Santiago de Cuba fue inaugurado  por la misma empresa en 1914. Google Books lo tiene en su catálogo, pero hasta el presente no lo ha mostrado digitalizado.








© www.elhotelcamaguey.com

23 de marzo de 2015

Comienzo de la obras del Ferrocarril Central en Camagüey (1901)


A las cuatro y diez minutos de la tarde de ayer (8 de diciembre de 1901), tuvo efecto el solemne acto de hacer la apertura oficial de los trabajos del Ferrocarril Central en esta ciudad.
El fondo de la quinta La Caridad de Espinosa en su linde con la finca Garrido, fue el lugar donde se verificó la ceremonia.
Inmensa concurrencia se congregaba en la pintoresca explanada, ávida de ver la consumación de aquel suceso, nuevo para la mayoría de los habitantes de Camagüey.
En un pabellón apropiado al caso, se constituyeron las comisiones oficiales.
Asistieron el Alcalde, señor Mendoza, y los tenientes de alcalde y concejales los señores Betancourt, Moya, Germán, Criado, Hernández, Lamar, Parés,  Ramírez, Elorriaga, y otros cuyos nombres no recordamos en estos instantes.

Vimos, además, la audiencia en pleno, el señor Gobernador Civil interino, el Comandante Militar, el señor Secretario, y catedráticos del Instituto, el jefe de la Guardia Rural, señor Peña, el capitán Suárez, el jefe de Policía, y otras muchas personas que con carácter oficial allí estaban. 
                               
Puente Sobre el Río Zaza. Ferrocarril Central

Campamentos

Dentro de pocos días quedarán instalados cinco campamentos de trabajadores.

A los braceros

Los braceros que deseen obtener colocación en los trabajos del Ferrocarril Central deben dirigirse a los campamentos indicados y entenderse con los jefes de los mismos.

Aparatos y materiales

En las primeras horas de la mañana de hoy han salido para "Guanamaquilla" varios aparatos y materiales con que se ha de dar comienzo a los trabajos.


Tomado de: Fondo Juárez Cano. Archivo Histórico Provincial de Camagüey.

© www.elhotelcamaguey.com

20 de marzo de 2015

La compra de la quinta San Zenón de Buenos Aires (2)

Entrada a San Zenón de Buenos Aires. Camagüey, circa 1905.

La década del 20 augura serios cambios a San Zenón de Buenos Aires, al punto de convertirse en tema de interés entre políticos, instituciones sociales y privadas y población en general. La presencia en la prensa, local y nacional, la convierte en un símbolo de inquietudes sociales y políticas del período neocolonial, al tiempo que la revela como un código cultural para el territorio agramontino. Para unos, San Zenón significaba una valiosa posibilidad para buscar adeptos en una candidatura presidencial, si lograban convertirla en Escuela Normal para Maestros; para otros, devino posibilidad para que sus hijos estudiaran el magisterio en la localidad. Para el caso de los jóvenes, la idea de ver a San Zenón convertida en Escuela Normal ampliaba la posibilidad de contar con un oficio sobre el cual edificar una vida productiva y útil. El conjunto de aspiraciones que se funden en el antiguo edificio de San Zenón lo hacen merecedor de un espacio en el patrimonio intangible local. La necesidad de un local en función de escuela Normal para Maestros hace que el gobernador provincial Rogerio Zayas Bazán solicite a la Compañía del Ferrocarril de Cuba el arrendamiento de San Zenón de Buenos Aires a inicios de 1923. El señor Galdós, vicepresidente de dicha compañía en La Habana, es el encargado de vincular el asunto con Mr. Lakin, cometido que, según la correspondencia establecida en el tema, se redujo a excusas para visitar a Camagüey y promesas para gestionar el arrendamiento ante los herederos de Van Horne, sus legítimos dueños. A partir de entonces San Zenón comienza a figurar en las primeras páginas de los periódicos. La Región, por ejemplo, bajo el título “¿Por qué no se ha empezado a instalar la Escuela Normal?”, expresó en términos abiertamente irónicos los intentos de arrendar la Quinta de San Zenón, al tiempo que señalaba las condiciones constructivas generales que la hacían funcional para este fin. A este le siguieron otros, entre los que figuraron El Camagüeyano, que abordó las acciones llevadas a cabo por el Ferrocarril de Cuba para lograr disponer del edificio para sede de la Escuela Normal; y en el ámbito nacional, desde la capital, El  Heraldo de Cuba anunció abiertamente: “Un propietario se ha negado a dar en arrendamiento una casa para que en ella se instale una Escuela Normal”. Tales estrategias políticas no fructificaron de manera inmediata, de ahí que los camagüeyanos tuvieran que darse a la tarea de buscar alternativas en otras edificaciones. El interés del Gobernador en alquilar la casa de Temístocles Betancourt, en La Vigía, es prueba de las nuevas iniciativas, gestiones que culminan con la instalación provisional de la escuela en el antiguo Convento Hospital de San Juan de Dios, la cual inició sus clases el 3 de diciembre de 1923. Sorprende que, pese a la significación de este acto, El Camagüeyano no se hiciera eco de ello. La propuesta hecha a mister Lakin y herederos de Van Horne sobre el uso de la quinta parece haberles ocasionado cierta inquietud; de ahí que la sociedad anónima Cuba Land Company (Compañía Cubana de Tierras), oficializada en La Habana el 8 de julio de 1922 y con domicilio en esa ciudad, traslade a su cargo la propiedad de San Zenón de Buenos Aires. El puesto de presidente en la compañía lo ocupaba Mr. Lakin, mientras los herederos de Van Horne eran miembros principales.


San Zenón de Buenos Aires en 1927.

De esta forma la quinta no figuraría en manos de propietarios norteamericanos independientes, sino de una compañía, como lo fuera entre 1850 y 1892, cuando estuvo en patrocinio de catalanes. Sin embargo, aunque el señor Domingo Galdós había logrado inaugurar la Escuela Normal en el Convento Hospital San Juan de Dios, aquel no era el edificio ideal desde el punto de vista funcional; de ahí que el tema de una sede para la referida escuela permaneciera como asunto de debate en el seno del Ayuntamiento. En sesión ordinaria del 10 de marzo de 1925, por ejemplo, en el primer punto del orden del día se exponía la lectura “suscrita por los señores Barreto y otros concediendo un crédito de 3 000 pesos, para construir dos edificios en solar propiedad del Estado en la ciudad de Camagüey, uno para Escuela Normal y otro para la jefatura de obras públicas”. Por su parte, el Plan General de Obras Públicas, remitido al señor Galdós el 30 de junio de 1925, dejó claro que San Zenón de Buenos Aires era objeto de análisis a escala nacional; y entre sus acuerdos, “bajo el epígrafe Construcciones Civiles, en la Provincia de Camagüey, figura la expropiación de la Quinta San Zenón de Buenos Aires y terrenos no urbanizados al Sur del Casino Campestre y ampliación y embellecimiento del mismo”. En medio de la incertidumbre con relación al destino de la antigua cerería, Herbert G. Lakin, presidente de la Cuba Land Company, vende “a favor del Estado Cubano, representado por el doctor Mario Ruiz y Mesa en su carácter de Subsecretario de Hacienda de la República, la finca San Zenón en 80 mil pesos moneda oficial, venta realizada ante el notario doctor Regino Truffin y Pérez de Abreu, siendo registrada la propiedad el 18 de octubre de 1927”.


Tomado de:
TAMAMES HENDERSON, Marcos. Tras las huellas del patrimonio. Camagüey, Editorial Ácana, 2004.

© www.elhotelcamaguey.com

La compra de la quinta San Zenón de Buenos Aires (1)


San Zenón de Buenos Aires, circa 1905

El 15 de mayo de 1909, ante el notario Don Joaquín Dalmán y Fiter, de Barcelona, la señora doña Catalina de Velasco y Recio concede poder especial a don Juan Sánchez González, natural de Tielve, en la provincia de Oviedo, España, vecino de Camagüey, para que venda a sir William Van Horne la quinta San Zenón de Buenos Aires. Con esta determinación, tras una década de instaurada la república neocolonial, la historia de San Zenón se paraleliza con la de la isla de Cuba, solo que, al cambio de un dueño extranjero por otro, en el caso de Cuba, contrasta la venta de San Zenón, por una camagüeyana, españolizada claro, a un norteamericano. El desarraigo de doña Catalina Velasco se materializa de manera inequívoca y se inicia para el espacio un período en que se contrapondrán americanización y cubana (1909-1960).
Al acto de compra, efectuado el 24 de noviembre de 1909, acude don Juan Miguel Galdós y Belzaguey, natural de Cienfuegos, vecino de Camagüey, con domicilio en el Hotel Camagüey —actual Museo Provincial Ignacio Agramonte— y comisionado de terrenos de The Cuba Company. Representa al señor William Cornelius Van Horne, natural de Illinois, en Estados Unidos de América, y vecino de Montreal, Canadá. El precio, como se ha dicho, ascendía a 20 mil pesos duros, o pesos en oro español, pagados en 101 mil 81 pesetas y 20 céntimos, incluyendo el valor a que se encontraban los giros entre Camagüey y Barcelona. Una aguda mirada a los documentos necesarios para la compraventa dibuja el entrecruzamiento cultural que trae consigo la llegada de los propietarios norteamericanos a San Zenón. Junto al cotidiano título de dignidad, usado tradicionalmente durante la colonia para señalar la limpieza de sangre o legitimidad en la sociedad española: don o doña, se reafirma el de señor o señora, vocablo que acota distinción. Nótese que al nombre de Catalina de Velasco se antepone ahora el tratamiento de señora, que, si bien tenía su uso desde antes, ahora cobraría otra connotación, la de “dueña y señora” de San Zenón de Buenos Aires. Los vínculos de San Zenón con la compañía de los ferrocarriles los americaniza con el de mister. Se introduce, además, un título no conocido hasta entonces, el de Sir, concedido en 1895 por la corona británica a William Van Horne, hecho Caballero Comendador de la Orden de San Miguel y San Jorge por sus aportes al desarrollo ferroviario de Canadá, entre otras obras meritorias hechas en ese país.

William Cornelius Van Horne nació el 3 de febrero de 1843, hijo mayor de Cornelius Covenhoven Van Horne, norteamericano, y de Margaret Minier Richards, natural de Pennsylvania. La disciplina, tenacidad y empeño en el trabajo le permitió lograr el reconocimiento social no solo en su país, sino también en Inglaterra y Canadá. Poseedor de una amplia visión del turismo —logró construir hoteles de verano en el Canadá—, amigo de la pintura desde niño, aficionado a la naturaleza y ya millonario, se retira de los negocios a fines del siglo XIX.



Los vínculos de Van Horne con el Camagüey surgieron a partir del contacto con Gonzalo de Quesada y otros camagüeyanos en los Estados Unidos. Con ellos conoce las posibilidades que ofrecía Cuba como fuente de inversiones en ese momento, aspecto que le hace visitar la isla mayor del Caribe en 1900. El acercamiento a Cuba y a los cubanos despertaron en Van Horne el interés por construir un ferrocarril central, pero halló como obstáculo la prohibición norteamericana de otorgar a los empresarios concesiones de tierras, subsidios y otras ventajas, mediante la Ley Foraker. Ante tal situación, Van Horne traza una estrategia para adquirir tierras en Cuba en secciones que, a la larga, le permitirían construir un ferrocarril. Como resultado, el 24 de abril de 1900, en Nueva Jersey, Estados Unidos, se inscribe la empresa titulada The Cuba Company presidida por sir William Van Horne; y en abril de 1903, el Gobierno cubano le cede en arrendamiento, por un plazo de 25 años, el antiguo cuartel de caballería, edificado en 1848 a la entrada de La Vigía.
No se han encontrado referencias de las condiciones en que se encontraba San Zenón de Buenos Aires cuando pasa a ser propiedad de Van Horne; sin embargo, a partir de 1909, cambiará la fisonomía de lo construido y del área en que estaba enclavada. Un acaudalado, amante de la naturaleza, los fósiles y la pintura, no toma una quinta en el siglo XIX para la producción de velas, hortalizas o explotación animal. Resulta obvio que la sensibilidad de este hombre, de probada experiencia para invertir su capital, le permitió ver en San Zenón el sitio ideal donde pasar ciertas temporadas del año. Ello explica el cambio en la manera de nombrarla, de cerería a residencia; y junto al cambio de nomenclatura, la imagen que proyectaría el lugar para quienes, de una u otra forma, comienzan a relacionarse con ella.
Con la intervención de Van Horne, San Zenón cambia su valor en función del uso que se hace de la tierra. Los admirables jardines creados en los alrededores de la casa desdibujan el pasado esclavo y agrario del período colonial para destacar una estética que, en correspondencia con el modernismo, daba participación protagónica a la vegetación, sin la cual el concepto de residencia de verano estaría incompleto y falto de credibilidad. Con plantas y arbustos de otros ambientes,  Van Horne grabó su huella para que se le recordara en cada rincón del área ocupada por su propiedad, destacándose la conocida bajo el nombre Pan de Indio. El periódico La Región, en artículo publicado en 1931, validó su figura con dos importantes signos arquitectónicos al plantear: “Camagüey resultó beneficiado por las cualidades de aquel espléndido valiente. A nuestros días han llegado dos de sus empeños personales, la Quinta San Zenón, donde está instalada la Escuela Normal, y el Hotel Camagüey, cuya adaptación dirigió personalmente, y cuyo maravilloso patio fue surtido bajo su personal dirección con toda clase de plantas tropicales”. Para los vecinos, el nombre de San Zenón quedó en sus memorias; pero con frecuencia, por el singular aspecto que tomó, muchos comenzaron a llamarla La Quinta del Americano. Aislada de la capital y en las cercanías del río Hatibonico, San Zenón invita al propietario a pasar en ella los fríos inviernos del Norte canadiense, placer declarado con las siguientes frases: “[...] Cuando las canas comienzan a aparecer en el pelo de un hombre, ha llegado el momento de pasar parte del invierno en un clima tropical y no hay que hacer esfuerzo alguno para vivir en Cuba”. En el plano de obras públicas de 1912, se señala esta propiedad bajo el nombre original de San Zenón de Buenos Aires y como dueño a Sr. William Van Horne.
Después de 1910, Van Horne enferma gravemente de reuma y se recupera en su finca San Zenón de Buenos Aires. La casona construida por catalanes, ahora embellecida por el norteamericano, cobra nuevo significado: servir de morada a un extranjero que amó la ciudad agramontina. Como recordará un  buen camagüeyano, dos de sus calles citadinas y una plaza llevan el nombre de Van Horne.
A la muerte de Van Horne, el 11 de septiembre de 1915, por adjudicación testamentaria, San Zenón de Buenos Aires pasa a propiedad de Lucy Adaline Hurd, su viuda, y sus hijos Adeline y Richard Benedict Van Horne, residentes en Canadá. Pero la quinta queda a merced de los arrendamientos que mister Lakin, presidente de The Cuba Railroad Company en Nueva York, aprueba, pues había sido designado por el propietario para ocuparse de la administración de sus bienes en Cuba, tarea que es ratificada por los herederos.


Tomado de:
TAMAMES HENDERSON, Marcos. Tras las huellas del patrimonio. Camagüey, Editorial Ácana, 2004.

© www.elhotelcamaguey.com

19 de marzo de 2015

Indice Histórico de Camagüey (1899-1952)

Seleccionamos del segundo tomo del Índice Histórico de Camagüey, concerniente al período republicano, las entradas que atañen a la figura de William Van Horne, el Hotel Camagüey y el Ferrocarril Central. Se perciben evidentemente algunos "olvidos" en el repertorio, como la declaración de "Hijo adoptivo de Camagüey" otorgado a Van Horne, y la conmoción que causó su fallecimiento en la sociedad cubana, decretándose ese día duelo nacional.
Este volumen fue publicado por la Academia de Ciencias de Cuba, en el Instituto del Libro. La Habana, 1970.

1900

Abril 24
Inscripta en Nueva Jersey, Estados Unidos, la empresa titulada "The Cuba Company"(Compañía de Cuba). Sus fines son construir y explotar una vía férrea, desde Santa Clara hasta Santiago de Cuba. Sir William Van Horne es el presidente, quien ya en Canadá dirige otras compañías similares. Las vías férreas son construidas por los explotadores del negocio, con el fin de poder acaparar el transporte de todos los productos agropecuarios, principalmente la caña. Aunque los inversionistas de la industria azucarera prefieren manejar sus propias líneas férreas, ya que desde el comienzo de sus negocios proyectan exportar por puertos y subpuertos propios.

Agosto 8
Llega a Puerto Príncipe la comisión de  ingenieros que realizan estudios para la construcción del Ferrocarril Central.

1901

Diciembre 8
Acto solemne al inaugurar las obras de la vía férrea en la ciudad de Puerto Príncipe. El alcalde Pedro Mendoza Guerra echa las primeras paletadas de tierra. En esta fecha, ya hay trabajando en las obras: 3500 hombres, de Ciego de Ávila a Puerto Príncipe ; y otros 1600 de Puerto Príncipe a Victoria de las Tunas. La escasez de braceros hace a la empresa yanki traer de La Habana, a mediados de mes, 500 jornaleros españoles, para trabajos de pico y pala.

1902

Mayo 30
A las diez de la mañana llega a la ciudad de Puerto Príncipe el primer tren por la línea central. De Santa Clara a Santiago de Cuba, en viaje de inspección y prueba, el alto personal de la empresa con los ingenieros.

Diciembre 8
Inauguración del Ferrocarril Central de Santa Clara a San Luis, Oriente, con 861 kilómetros. A las 6:00 a.m. sale de Santiago de Cuba para La Habana el primer tren.
Esta línea férrea da origen, junto con el fomento de plantaciones de caña, y la construcción de nuevos centrales azucareros, a una serie de pueblos nuevos. Surgen próximos a las distintas estaciones instaladas a lo largo de la vía. En la provincia de Camagüey tenemos, de oeste a este: Jatibonico, Majagua, Guayacanes, Colorado, Gaspar, Céspedes, Florida, Siboney, Hatuey, Martí, Palo Seco y Galbis.

1903

Abril 3
El gobierno cubano cede en arrendamiento  a "The Cuba Company" el antiguo cuartel de La Vigía, en Camagüey. Ante notario de La Habana Francisco Vidal Sánchez se firma la escritura, por un plazo de veinticinco años a $1,000.00 anuales; y prorrogable a otros tantos a $1,500.00. La empresa ferroviaria adapta el edificio construido en 1848, para establecer el hotel "Camagüey". El mejor hotel de la ciudad, durante muchos años ; y el primer edificio que tiene servicios sanitarios modernos.

1904


Diciembre
Instalado el alumbrado público en San Jerónimo.Terminando adaptación del hotel  "Camaguey ", para inaugurarlo el año próximo. Establecida oficina de correos y telégrafos en la estación llamada Florida, de la línea central, donde ya se está fomentando un nuevo pueblo.


1906

Enero
Ya existe el poblado de Martí, con diez calles y una plaza, surgido alrededor de la estación donde la línea central se bifurca en dos ramales: a Bayamo y a Santiago de Cuba. Plano confeccionado por "The Cuba Railroad Co.".

1908

Marzo 24
Por el decreto 294, autoriza Magoon otro ramal a la empresa que otorgó la concesión para el tranvía. Desde la estación del ferrocarril a Nuevitas (la actual terminal intermunicipal de ómnibus) seguirá por la calle Nueva o de Van Horne, doblará a la derecha por la de República y terminará frente al hotel  "Camagüey ".

Abril 1
Comienza en Camagüey a funcionar los tranvías eléctricos. Se inauguran con grandes festejos a las 8:30 a.m. Los cuatro carros con que empieza el servicio salen muy engalanados desde el parque "Agramonte". Viajan en ellos las autoridades, las dos bandas de música y los funcionarios de la empresa. Entre disparos de cohetes, y repique de campanas de las iglesias, van hasta la plaza de la Caridad, y vuelven hasta la planta eléctrica. Por la noche hay un banquete en el hotel "Camagüey", donde pronuncia un discurso Manuel Ramón Silva.

1910

Julio 18
A las 2:00 p.m. sale de Martí un tren con treinta pasajeros, que en ocho horas recorren los 130 kilómetros hasta Bayamo. Con fiestas en ambas estaciones, queda inaugurado este ramal de la línea central de la llamada "Compañía de Cuba", "The Cuba Railroad Co." Al mismo tiempo, se inaugura el ramal Bayamo – Manzanillo, de 53 kilómetros.


1912

Diciembre
El pueblo de Florida tiene ya, al norte de la línea férrea doce calles con veinticuatro manzanas y una plaza, según plano confeccionado por "The Cuba Railroad Company".


1913

Diciembre
Existe ya el pueblo de Palo Seco, con seis calles y una plaza, según plano confeccionado por 'The Cuba Railroad Co.".


1915

Diciembre 15
Los ferrocarriles de la provincia de Camagüey han llegado a un acuerdo, que concilia sus intereses en pugna. La compañía que preside Tarafa (Ferrocarril del Norte) renunció a algunas de sus concesiones a favor de "The Cuba Railroad Co." (línea general) de Van Horne. Son las que le otorgó el gobierno Menocalista, en 1912. Ahora Menocal firma otro decreto, el 1678, legalizando estos acuerdos entre empresarios yankis:

a) La Línea Camagüey-Santa Cruz del Sur la construirá "The Cuba Railroad Co." con la misma subvención de los $6,000.00 por kilómetro.

b) La línea Camagüey-Nuevitas la adquirirá "The Cuba Railroad Co." y la estrechará.

c) La línea Nuevitas-Caibarién queda para la compañía del Ferrocarril de la Costa Norte de Cuba. Asimismo ésta empresa construirá en Nuevitas el muelle con almacenes; y deberá fomentar dos o más centrales junto a su línea.

Diciembre 16
Decreto presidencial 1699, otorgando a "The Cuba Railroad Co." la concesión para construir el ferrocarril de Camagüey a Santa Cruz del Sur. La compañía "Ferrocarril de la Costa Norte de Cuba" renunció a la concesión otorgada en 1912, y por convenio con la otra empresa le cede sus derechos y obligaciones adquiridos. El decreto le da un plazo a la nueva compañía, para comenzar la construcción antes del 24 de octubre de 1916 y terminar antes del 15 de diciembre de 1920.

Diciembre
Existe ya el pueblo de Santa Lucía, fomentado en terrenos de la finca de ese nombre por el terrateniente José Álvarez Florez. Junto a él se construye un nuevo central, "Elia" hoy "Colombia" de una empresa yanki. Este pueblo surge junto a una estación ferroviaria del ramal de Martí a Bayamo, y "The Cuba Railroad Co." ordena confeccionar un plano.


1919

Mayo 6
Menocal sanciona la ley votada por el Congreso concediendo "un crédito de cien mil pesos para comenzar las obras de construcción de una carretera, que partiendo del puerto de Nuevitas termina en la ciudad de Camagüey, pasando por el poblado de Minas". Aunque el artículo segundo dispone que el gobierno iniciará a la mayor brevedad los trabajos, lo cierto es que pasan veinticinco años para poderse ver. La construcción de la carretera sirve, durante años, para malversar los fondos dedicados a este fin, por los gobiernos de turno, inclusive el de Menocal. La empresa "The Cuba Railroad Co.", en particular, se opone a la carretera, pues significa la merma del transporte ferroviario en esta línea.

1920

Diciembre 18
Un marino yanki borracho golpea en el hotel "Camaguey" al juez correccional Andrés González.


1921

Abril 26
Huelga ferroviaria. Iniciada a las 6:00 p.m. en toda la línea central, desde Santa Clara a Santiago de Cuba. Hasta el 8 de mayo dura esta paralización total, en que se acuerda un plazo para estudiar las demandas de maquinistas, fogoneros, conductores y retranqueros de "The Cuba Railroad Co."

1923




Diciembre 3
Comienzan las clases en la Escuela Normal para Maestros y Maestras de Camagüey. La ley de 16 de marzo de 1915 disponía que, en el término de dos años, se establecería en cada capital de provincia una escuela normal, pero la de Camagüey no se hacía. Cuando Zayas Bazán es gobernador la reclama y la logra. Su primer director es el Dr. Alberto Andino Porro. No hay ceremonia de inauguración, por fallecimiento de una hija del secretario de instrucción pública y bellas artes (cargo que hoy es ministro de educación). Se inicia con alumnado femenino: 50 muchachas. Por falta de capacidad en el local no se aceptan algunas aspirantes aprobadas.

1927
Octubre 10
Por la mañana llega Machado a Camagüey. Imaugura el nuevo edificio de la Escuela Normal para Maestros, en la quinta San Zenón de Buenos Aires. Esta es la residencia invernal de Sir William Van Horne, que vivía en Montreal, Canadá. El gobierno cubano la compra a sus herederos en $80,000.00, y gasta $8,000.00 en adaptarla. Desde el 16 de setiembre se llama "Gerardo Machado" esta escuela. Por la tarde, Machado inaugura el alcantarillado, con otro acto en la esquina de Estrada Palma y Padre Olallo.

1938
Abril 26
Los estudiantes de la Escuela Normal para Maestros se oponen a ser desalojados del edificio que ocupan en la quinta "San Zenón".


1945

Febrero 21
Las obras de adaptación del hotel "Camaguey", para convertirlo en museo "Ignacio Agramonte", no se han iniciado aún. El Dr. Juan Marinello ofrece su concurso, para comenzar una campaña que logre que en el Ministerio de Hacienda situen el dinero necesario.

© www.elhotelcamaguey.com

15 de marzo de 2015

Cuento para la radio: Historia y alpaca



Cuento basado en hechos reales. Original para la radio de la escritora Aimée Chau Rodríguez.Transmitido por Radio Cadena Agramonte, Camagüey, Cuba. 2 de febrero de 2014.

Para la realización de este espacio se utilizó la obra inédita “Retrato en vivo de un museo”, del periodista y escritor camagüeyano Ariel García Suárez (1924-2002).

© www.elhotelcamaguey.com

8 de marzo de 2015

Cuartel, hotel y museo (2)


La vigorosa presión de la ciudadanía camagüeyana, dirigida a rescatar aquella instalación para sede del museo provincial, fue centro de una prolongada batalla cívica desde el 8 de octubre de 1919. En esa fecha apareció publicada en el periódico camagüeyano una carta abierta firmada por Mariana Betancourt, mujer de estirpe mambisa que defendió apasionadamente la iniciativa de crear un museo en la capital agramontina. En su misiva ella emplaza al director del diario local para que divulgara la autorización concedida a ese fin por Adolfo Silva Medrano, nombrado gobernador provincial durante la revuelta politiquera de 1917, llamada La Chambelona.
Dada su combatividad y persistencia, la aguerrida dama fue designada para custodiar los diversos objetos aportados para el futuro museo, misión que disponía de una modesta retribución mensual. A la vez, se le facilitó un local dentro del edificio del Gobierno Provincial para exploner "provisionalmente" las piezas museables acumuladas, hasta tanto se habilitara un inmueble adecuado y fuera aprobado el crédito correspondiente para consolidar la instalación permanente, cuya espera se demoró más de treinta años por uno y otro gobernante de turno.
No fue hasta el tercer año de la Segunda Guerra Mundial que el derecho de usufructo del decadente hotel volvió al estado cubano para su declarada conversión en museo. Ello fue posible al calor del reclamo popular al efecto, coincidiendo con las pérdidas económicas crecientes en el Hotel Camagüey, debidas primordialmente al hospedaje gratuito disfrutado por caciques politiqueros y jefes militares de la plaza, con su séquito adjunto, más las cuentas incobrables acumuladas por consumo sin frenos en el comedor y el bar.
El 15 de noviembre de 1941 se constituyó el comité pro museo Ignacio Agramonte y biblioteca pública. Al propio tiempo quedó integrada la comisión organizadora de la muestra de reliquias históricas en torno al centenario del natalicio del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, la que se presentó del 23 al 30 de diciembre en el entonces hospital infantil de San Juan de Dios. A tal lugar histórico, soldados españoles llevaron a lomo de mula el cadáver del glorioso jefe  insurrecto, el 12 de mayo de 1873, para depositarlo allí como trofeo de guerra antes de incinerarlo y esparcir al viento sus cenizas.
La exposición de marras se aprovechó para promover el emplazamiento permanente del ansiado museo, anunciándose que se dotaría con las condiciones requeridas para que hiciera también las veces de memorial, en homenaje perpetuo a todos los héroes y mártires de la Patria. Se planteó, asimismo, como cuestión de honor, el compromiso de rescatar y conservar todo aquello que, como fiel reflejo de una época histórica dada, formara parte del patrimonio cultural o estuviera vinculado al sentimiento nacional y a su desarrollo.



El proyecto en ciernes, dado a conocer públicamente por primera vez, disponía de unas 500 reliquias históricas de diversos tipos, donadas por familias camagüeyanas, y contenía las apasionadas y tiernas cartas cursadas entre Ignacio y Amalia, así como los versos que José Martí, nuestro Héroe Nacional, dedicara a la joven puertoprincipeña Isabel Esperanza Betancourt (con los años madre de Mario Aquiles Betacourt, el ferroviario que echó sobre sus hombros la difícil tarea de propulsar, fundar y dirigir el Museo Provincial Ignacio Agramonte). Estando ella en Nueva York, en 1883, siendo casi una niña aún, Martí le escribió una bonita poesía en su album de autógrafos, que él tituló "A Isabel Esperanza Betancourt". Esos versos aparecen hoy en el tomo 17 de las Obras Completas de José Martí, y el original se conserva en el Museo Ignacio Agramonte, de Camagüey. De aquella inspirada dedicatoria es el fragmento siguiente:


No sabes como suaviza
la vida recia, el hallar
niña que sabe llorar
las penas propias y ajenas;
vale más consolar penas,
niña, que saberlas dar.

Ariel García Suárez (1924- 2002)

Foto: El poema "Tristeza" dedicado a Isabel Esperanza Betancourt, apareció en el número 32 de la revista de la Asociación Femenina de Camagüey, correspondiente al mes de agosto de 1923.

© www.elhotelcamaguey.com

Cuartel, hotel y museo (1)

4 de marzo de 2015

Cuartel, hotel y museo (1)


El presente artículo forma parte del libro inédito "Retrato en vivo de un museo", del fallecido periodista camagüeyano Ariel García Suárez (1924- 2002)



Según asientos en el tomo único de la Real Hacienda correspondiente a los años 1836-1855, la venta del solar situado en el paraje conocido como La Vigía, en la ciudad de Puerto Príncipe (hoy Camagüey), se registró mediante el pago de 794 pesos y cuatro reales, siendo adquirido por el Gobierno Español de su legitima propietaria doña Soledad Sánchez, quien lo había heredado de su difunto padre Bernabé Ignacio, de igual apellido.
La transacción se legalizó el 13 de diciembre de 1845 ante José María Álvarez, escribano de la Real Hacianda, cuando ya estaba en construcción, desde mayo del propio año, el proyecto para el Cuartel de los Lanceros del Rey, siendo dirigidos los trabajos por el teniente coronel Juan Campuzano, comandante de ingenieros en el distrito militar de Puerto Príncipe. El frente de la extensa edificación daba entonces a la calle de La Vigía (Avenida de los Mártires) y al fondo con la de Pobres, entre las calles transversales llamadas de Ignacio Sánchez y Rotario.
Consta en archivos que desde el 29 de mayo de 1844 se había subastado el suministro de materiales para la obra del Cuartel de Caballería, contrato que fue suscrito con Manuel Mendiola en lo referente al abasto de cal, y con Pedro Alcántara tocante a ladrillos y tejas de barro cocido, que eran por aquellos tiempos los elementos básicos locales para levantar fabricaciones perdurables.
El magnífico recinto castrense, respondía, entre otras cosas, a las manifestaciones incipientes y aisladas contra la dominación hispana, que siguieron a la protesta pública de la plaza Santa Ana, en 1822, y luego el abortado movimiento conspirativo lidereado por el protomártir cubano Francisco Agüero y Velazco ("Frasquito"), ahorcado en la Plaza Mayor de Puerto Príncipe, el 16 de marzo de 1826, tras desembarcar por las costas de Santa Cruz del Sur con la idea de ponerse al frente de una rebelión de corte independentista. Tal conato no fructificó por la delación comprobada y ruptura de Manuel Andrés Sánchez y Pérez, el otro complotado principal, que a pesar de su traición también fue condenado a morir en la horca.
El edificio del cuartel, de sobrio estilo militar, concebía dos plantas insertadas en el centro de cada lateral, se erigió a un costo sobre los 60 000 pesos fuertes, y fue uno de los mejores de su tipo en la isla. Poseía un inmenso patio interior y aspilleras defensivas situadas convenientemente, amén de estar fortificado con parapetos, baluartes y muros de grueso espesor. El bastión español quedó terminado a finales de agosto de 1848, y desde los primeros momentos mostró la intención represiva de sus funciones.
Así fue que, tres años después de ser inaugurado, el Cuartel de Caballería sirvió de prisión al abogado y revolucionario puertoprincipeño Joaquín de Agüero y Agüero, quien víctima de una confidencia fue capturado en la zona de Juracal, por encabezar el alzamiento armado de 1851 contra el poder colonial de la metrópoli. En el propio cuartel  sesionó el Consejo de Guerra, y además de Agüero estuvieron encarcelados allí sus compañeros de lucha e infortunio Miguel Benavides Pardo, Fernando de Zayas Cisneros y Tomás Betancourt Zayas, todos fusilados el 12 de agosto de 1851 en la sabana de Beatriz Méndez.
El Cuartel de Caballería de los Lanceros del Rey, se impuso como tal hasta el 31 de diciembre de 1898, cuando fue abandonado por las fuerzas españolas luego que éstas entregaran Puerto Príncipe al ejército norteamericano. Al día siguiente se inició el funesto período de la primera intervención militar yanqui (1899-1902), que tantas lágrimas, humillaciones y saqueo de sus bienes costó al pueblo de Cuba.



Concluida la primera etapa de la ocupación foránea, el "gobierno cubano" cedió en arrendamiento el otrora Cuartel de Caballería a la empresa ferroviaria The Cuba Railroad Company. La operación concertada por un término mínimo de veinticinco años, se ajustó el 3 de abril de 1903 en la suma miserable de ochenta y tres pesos con treinta y tres centavos mensuales, insertada una cláusula leonina "made in usa", que legitimaba la prórroga del convenio por otro cuarto de siglo, añadido un aumento ridículo del alquiler.
El espacioso edificio, adaptado y remodelado, se convirtió en el hotel Camagüey  desde el mes de enero de 1905, al servicio de los viajeros pudientes del ferrocarril. Tal como hizo la empresa trasnacional con el hotel Casa Granda, en Santiago de Cuba. En el nuevo hotel de setenticinco habitaciones se instalaron los primeros servicios sanitarios modernos de la provincia agramontina, en lo que significó un adiós sin nostalgia a la antihigiénica letrina.
Allí se hospedaron los famosos cantantes liricos españoles Esperanza Iris e Hipólito Lázaro, los aviadores hispanos Mariano Barberán y Joaquín Collar, héroes del vuelo Sevilla- Camagüey, así como otras personalidades de la política, la ciencia, el arte y los negocios. De ese modo, el antes cuartel de caballería, joya arquitectónica de estilo depurado del Camagüey colonial, pasó a ser hotel de cierta categoría bajo el tutelaje empresarial de los nuevos conquistadores.

 © www.elhotelcamaguey.com