28 de diciembre de 2017

El Manneken Pis en los jardines del antiguo Hotel Camagüey

Foto: Orlando Durán Hernández. Periódico Adelante. Camagüey. Cuba


"Sobre el 1920 el acaudalado notario y hacendado camagüeyano Juan Bilbao Batista obtuvo en Bélgica una réplica de la estatuilla y la trasladó como pieza curiosa más que histórica al jardín de su vivienda en la calle 17, en el Vedado, La Habana. A poco la hizo llevar a la casona colonial de su finca Ingenio Chiquito, situada a poca distancia de la ciudad de Camagüey.
Al concluir en 1946 las obras de remodelación del edificio de la selecta Sociedad Liceo, hoy Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella, Bilbao Batista donó la figura para la fuente construida en el patio central de la sociedad que albergó a lo más selecto de la burguesía lugareña. Luego del triunfo de la Revolución, se estableció allí el Consejo Provincial de Cultura, y a partir del 1ro. de junio de 1963, la Biblioteca Provincial.
Equivocados conceptos moralistas de la etapa e ignorando el valor de la pequeña estatuilla que adornaba el interior del inmueble hicieron que funcionarios de Cultura decidieran retirarla y enviarla a los almacenes del Sector Provincial de Comunales, situados entonces al final de la calle Maximiliano Ramos, hasta que en 1977, con las obras de restauración del Teatro Principal, la figura fue colocada en la plazoleta situada ante el coliseo.
Sin embargo, años más tarde se quitó de ese sitio al remozarse la plaza, colocando en su lugar una escultura dedicada a Talía, musa de la comedia y la poesía pastoril, protectora del teatro, que es la que en la actualidad se encuentra en ese sitio.
El Manneken fue a dar de nuevo, junto con una montaña de escombros, a un callejón lateral del teatro, donde un buen día lo encontró Leonardo Pareta, taxidermista del Museo Provincial Ignacio Agramonte, quien conocedor del valor de la pieza lo comunicó al entonces director del Museo Provincial Ignacio Agramonte, Regino Avilés, y entre los dos hicieron gestiones para obtener la figura y colocarla de alguna manera en el patio del museo camagüeyano.
Sin embargo, la Dirección Nacional de Museos no aceptó que esta estatua, en pose tan impúdica y descarada, dijeron, adornara el patio de este edificio. A pesar de eso, Avilés decidió construir una fuente y en un extremo del jardín colocar la figurilla, la que desde entonces ha devenido patrimonio de la cultura cubana, situándola entre las piezas más admiradas por los miles de visitantes que recibe esa instalación"

Leer el artículo completo de Eduardo Labrada Rodríguez en Adelante

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